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Hepatitis, una amenaza pospandémica


Al día de hoy no se han detectado casos en México pero se piensa que su llegada será inminente. Foto: Especial.
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Gabriel Santillán

 

Ciudad de México, jueves 12 mayo 2022.- El pasado miércoles 4 de mayo, prácticamente hace una semana, el Comité Nacional Para Vigilancia Epidemiológica, organismo de la Secretaria de Salud Federal, emitió un aviso epidemiológico donde explica:


Antecedentes:

El 5 de abril del presente año, el Gobierno del Reino Unido alertó sobre el incremento de casos de hepatitis en niños previamente sanos menores de diez años, residentes de Escocia. Una semana después, se notificaron casos adicionales bajo investigación en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.


Llamó la atención la velocidad de la propagación, si se considera que son ciudades distintas, dado que el mundo entero acaba de darse cuenta que los contagios pueden salirse de control para terminar en violentas pandemias. La humanidad no se ha liberado de la última cuando ya se cierne otra potencial amenaza.


Hasta el 21 de abril la Organización Mundial de la Salud (OMS) tenía reportados 169 casos de hepatitis aguda grave en diferentes países; Reino Unido, España, Israel Estados Unidos, Dinamarca, Irlanda, Holanda, Italia, Noruega, Francia, Rumania y Bélgica. Hoy por hoy, lo que mantiene preocupadas a la población y comunidad médica, es la incertidumbre sobre los factores que producen esta enfermedad en niños, principalmente aquellos que no presenta padecimientos previos.



¿Si no se sabe qué causa la nueva hepatitis, cómo saber si se padece?


Si bien la hepatitis se conoce desde hace mucho tiempo, los casos no son frecuentes. Quienes la padecen desarrollan una inflamación en el hígado, lo que a su vez provoca un mal funcionamiento de ese órgano.


Las causas normales de la enfermedad pueden ser infecciosas o por ataques de virus y bacterias; por razones inmunitarias, es decir, el propio sistema inmune ataca al hígado; o por afectaciones toxicológicas, por el consumo de fármacos, consumo de alcohol, o sustancias como el mercurio; algunos otros casos apuntan a la transmisión sexual, cuando se tienen relaciones con portadores de la enfermedad sin protección.


Existen varias formas de Hepatitis (A, B, C, las más comunes; D, E, F Y G, menos frecuentes) pero al día de hoy se ignora con exactitud cuál es la causa de la enfermedad; pero en una época enmarcada por la incertidumbre médica hay una luz esperanzadora, en su portal, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que no existe una relación de causalidad entre la epidemia de hepatitis y el virus del SARS COV 2 y mucho menos con sus vacunas.


La manera de detectar la “nueva hepatitis” es por descarte. Toda persona con hepatitis aguda, cuya prueba cultivo PCR descarte Hepatitis A, B, C, D, o E, puede considerarse infectado de la reciente.


Se han encontrado adenovirus en 74 de los casos reportados, mientras que 10 por ciento de los pacientes ha requerido trasplantes de hígado. Las cifras, aunque frías, revelan con claridad la delicadeza del asunto, la enfermedad es devastadoramente rápida; la experiencia médica acumulada indica que se requiere mucho tiempo y un tratamiento prolongado para curar la enfermedad, pero en los últimos casos, se cree que el hígado queda inservible apenas un mes después de que se detectó la enfermedad y se requiere un trasplante a los dos meses.


Los síntomas más comunes son; diarrea, vómitos, debilidad generalizada y dolor de cuerpo, ocasionalmente se presentan escalofríos e inflamación de nariz y garganta, pero una vez que pasa la primera semana los indicativos inequívocos son la ictericia, o sea, piel y ojos amarillentos, y la coluria, que produce la orina oscura.


El tiempo de recuperación es variable; en la hepatitis producida por alimentos contaminados o por intoxicación las infecciones suelen durar no más de un mes, mientras que las de orígenes virales y bacterianas pueden durar tres meses o generar afectaciones permanentes si no son bien atendidas.


Para evitar situaciones de riesgo, tanto en la persona, la familia y la comunidad, la OPS sugiere estar muy al pendiente de la manifestación de los síntomas.


Hasta el momento únicamente se ha reportado una persona fallecida por esta causa en Reino Unido, el país con mayor prevalencia hasta hoy.


Si recordamos que la recuperación de una hepatitis viral es lenta y puede generar daños de largo plazo, es imperativo cuidarse.



¿Qué hacer para evitar la hepatitis?


1) Lavar muy bien los alimentos.

2) Ser muy estrictos en las practicas de higiene particularmente con los niños.

3) Evitar comer alimentos en la calle.

4) Ser cautelosos con las medidas de higiene en los baños públicos, la manera más común de la dispersión de la enfermedad tiene que ver con transmisiones fecales orales.

5) Estar atentos a la información de autoridades científicas para comprender el origen de la enfermedad y las recomendaciones para minimizar los riesgos.


Hoy en día no se han detectado casos de esta hepatitis en México. Aun así, se piensa que su llegada será inminente. No hay que tener temor, hay que prepararnos. Luego de la pandemia del SARS COV 2 hemos aprendido que si bien las organizaciones de salud no tienen respuestas sencillas a los embates que sufre la especie humana, cada vez es más eficiente la identificación de riesgos.


El tiempo de detección de enfermedades desconocidas, y la manera de tratarlas ha disminuido de forma impresionante. En otras épocas se corrían rumores como el de un pueblo embrujado, aparecían personas que sin evidencia vendían remedios mágicos, como ahora ocurrió con el dióxido de cloro.


El miedo frente a lo desconocido ha sido característico en la condición humana. El uso de la ciencia, los medios de comunicación, la medicina, la farmacología y las practicas asépticas, son todas tecnologías recientes para el hombre como especie. Tecnologías que en su conjunto han revolucionado nuestra existencia frente a los nuevos desafíos que enfrentamos.





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