La Hermanastra Fea de Emilie Blichfeldt

Emilie Blichfeldt demuestra que alcanzar la belleza puede ser un acto de terror.

Texto: Pablo Gabriel Santillán Torres Torija/Imagenes Cortesía

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Ciudad de México a 20 de octubre 2025. Octubre es temporada alta para el cine de terror, y este año llega con fuerza la ópera prima de Emilie Blichfeldt, cineasta noruega que debuta con una propuesta tan inquietante como provocadora. La Hermanastra Fea toma como punto de partida el clásico cuento de La Cenicienta, pero lo subvierte para explorar la vanidad como una forma de horror cotidiano.

Blichfeldt recurre al terror corporal para lanzar una crítica feroz a la cosificación femenina y a los estándares de belleza impuestos. La estética visual del filme evoca una atmósfera antigua, con vestuarios y filtros que remiten a un pasado sin glamour, más cercano a la crudeza de Barry Lyndon de Stanley Kubrick que a cualquier fantasía de época.

La protagonista, Elvira, es una joven poco agraciada que lucha por alcanzar un ideal de belleza inalcanzable. La historia gira en torno a esa obsesión: un retrato oscuro y perturbador de la búsqueda de aceptación a través de la apariencia. Como afirma la propia directora, “todos somos Elvira, tratando de que la zapatilla entre en nuestro pie”.

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Las escenas incómodas, casi viscerales, muestran cómo las protagonistas manipulan sus cuerpos para cumplir objetivos estéticos o conseguir favores, como lo hace constantemente la madre de Elvira. La incomodidad no es gratuita: es el vehículo para una crítica social potente y necesaria.

Si disfrutaste la crítica feminista de Barbie de Greta Gerwig o el horror corporal de La Sustancia con Demi Moore, La Hermanastra Fea es una experiencia cinematográfica que no puedes dejar pasar.