El conflicto de Interés del ex jugador al ser Analista deportivo y dueño de los Raiders.
Texto Pablo Gabriel Santillán Torres Torija Fotos Cortesía
Ciudad de México a 19 de septiembre. Aunque Tom Brady colgó los botines, su sombra sigue recorriendo los emparrillados de la NFL. El hombre que conquistó siete anillos de Super Bowl y redefinió el rol del quarterback, ahora enfrenta una nueva controversia que pone en jaque la integridad de la liga.
Brady, retirado pero nunca ausente, aceptó una oferta millonaria de Fox Sports para convertirse en analista deportivo. No es raro que exjugadores con visión táctica se sumen a las transmisiones —Troy Aikman, por ejemplo, brilla como comentarista en ESPN— pero lo que diferencia a Brady es su doble rol: además de analista, es dueño minoritario de los Raiders de Las Vegas.
Este cruce de caminos ha encendido las alarmas entre jugadores y aficionados. Como comentarista, Brady tiene acceso privilegiado a entrenamientos, estrategias y dinámicas internas de los equipos. Y como accionista de los Raiders, ese conocimiento podría convertirse en ventaja competitiva. ¿Dónde termina el análisis y comienza el espionaje?
Las sospechas no son nuevas. Durante su época con los Patriotas de Nueva Inglaterra, el equipo estuvo rodeado de acusaciones por espionaje y trampas. La NFL, consciente del historial, ha impuesto restricciones: no puede entrevistar jugadores dentro de instalaciones ni asistir a juegos fuera del palco de socios. Sin embargo, en el último partido fue visto con una diadema de comunicación —herramienta exclusiva de entrenadores— lo que ha desatado una ola de indignación.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿puede uno de los mejores leer jugadas, observar entrenamientos y mantenerse imparcial? ¿O estamos ante una figura que, aunque legendaria, pone en riesgo la transparencia de la competencia?
Este fin de semana, la polémica podría alcanzar su punto más alto. Brady narró el juego de los Commanders la semana pasada. Ahora, los Commanders se enfrentan a los Raiders. ¿Coincidencia? ¿O una muestra de que la línea entre comentarista y estratega se ha vuelto demasiado delgada?
La NFL se encuentra en una encrucijada. Y Tom Brady, una vez más, está en el centro de la tormenta.
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