Durante un foro en defensa de la autoridad electoral, exconsejeros del IFE y el titular del INE, coincidieron en que la reforma electoral propuesta por el Ejecutivo amenaza las avances democráticos que ha tenido nuestro país en las últimas décadas, además de garantizar que el actual sistema electoral garantiza elecciones confiables para 2024. Foto: Enrique Serna / @esernamx
Redacción.
Ciudad de México, martes 24 mayo 2022.- En últimas fechas el sistema electoral mexicano ha sido blanco de severas y numerosas críticas desde el poder Ejecutivo y sus seguidores, sin embargo, funciona y bastante bien, según aseguró el propio Consejero Presidente, Lorenzo Córdova, durante su participación en un panel titulado "La importancia del INE para garantizar elecciones libres y equitativas en México.
En ese marco, sostuvo que una reforma electoral no es necesaria, pues el sistema permitió que las elecciones dejaran de ser un problema como hace 30 años, además de que propicia que la competitividad política se recree de manera pacífica y sin conflictos postelectorales.
Para que una reforma electoral sea pertinente, acotó, debe cumplir con tres condiciones, "el consenso político y de ser posible unánime, que sea para mejorar el sistema y que sea producto de diagnósticos adecuados".
De tal suerte, consideró que existen las condiciones plenas para que el de 2024 sea un proceso electoral se organice de la mejor manera, en términos técnicos y organizativos. Recordó que tras una serie de reformas electorales anteriores, “el INE, en ocho años, ha organizado exitosamente 322 procesos electorales, tanto federales como locales, ordinarios y extraordinarios, mecanismos de participación directa, elecciones internas y hasta una Asamblea Constituyente".
Reforma propuesta destruye sistema electoral
Otra de las voces presentes en el evento fue la de José Woldenberg, Consejero Presidente del entonces Instituto Federal Electoral (IFE) de 1996 a 2003, y quien advirtió que con la reforma electoral propuesta por el Ejecutivo, “implica la destrucción de lo construido y que ha cumplido con su misión”; como las diferentes autoridades electorales; INE, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), así como de los institutos electorales y tribunales locales.
Hoy, subrayó, “tenemos elecciones auténticas, los resultados dependen de las oscilaciones de los humores públicos y la diversidad política ha logrado convivir y competir de forma pacífica. No obstante, las baterías del gobierno se orientan hacia el entramado electoral que le permitió convertirse en la primera fuerza política”.
“Parece necesario recordar que la autonomía de las autoridades electorales no es una necesidad más, es una condición indispensable para que puedan cumplir con su función”, acentuó Woldenberg.
Transición a la democracia ha promovido más libertades
Luis Carlos Ugalde, también ex Consejero Presidente del IFE entre 2003 a 2007, puso especial énfasis en las libertades democráticas que se generan con la transición democrática de la que ha sido objeto nuestro país.
“ha promovido (la transición democrática) más libertades, más distribución del poder, menos abuso del poder, más control de los gobernantes y más capacidad y reflexión de los electores”.
En ese sentido, lamentó que el titular del Ejecutivo “usó y ha usado las reglas de esta democracia electoral mexicana para acceder al poder y ya instalado en el poder, ahora desafía de manera abierta no sólo al INE, sino a los principios de esta misma democracia representativa” y consideró “que la concepción de que la democracia es un instrumento para controlar al poder, se quiere desmontar”.
“La evidencia empírica nos dice que el sistema electoral mexicano, con sus deficiencias, ha funcionado. Desafortunadamente, en lo que estamos ahora es en una batalla de percepciones, de estigmas y de prejuicios”, mencionó Ugalde.
Preocupa desaparición de árbitro electoral
En su oportunidad, Leonardo Valdés Zurita, quien presidió el IFE de 2008 a 2013 lamentó que el motivo del encuentro se la defensa del instituto ante las amenazas de su desaparición, lo que vulnera también otros logros en materia de autonomía de las instituciones.
Destacó que con la de 1996 “desaparecieron los colegios electorales, se creó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para hacer la calificación no política, sino jurisdiccional de las elecciones, se le dio autonomía plena al Consejo General del IFE y se creó un sistema de financiamiento público que permitió a los partidos políticos competir en términos de equidad en las elecciones”.
De este modo se instauró un nuevo polo de control democrático de las elecciones “profesional, institucional y jurisdiccional”. En términos de democratización, “hemos avanzado sobre todo en términos de los derechos de las y los ciudadanos”, estimó.
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