Inicialmente planeado para alojar una estación de tren, el Mercado Hidalgo de Guanajuato es una de las pocas construcciones en el mundo que fueron construidos con mismo metal de la Torre Eiffel, de París. Foto: Cortesía.
Texto y Foto: Cortesía.
Ciudad de México, 28 febrero 2022.- Guanajuato es una de las ciudades mexicanas que deja ver una impresionante influencia francesa en sus edificaciones, la prueba más representativa es el icónico Mercado Hidalgo, que se localiza en el corazón de la capital guanajuatense.
Pero inicialmente su construcción no fue planeada para un centro de consumo, sino para un sitio donde se emprenderían incontables viajes, es decir, un estación de trenes, el transporte más moderno para su época.
Se empezó a construir en 1904, antes incluso del inicio de la Revolución Mexicana, en el terreno que hasta entonces ocupaba la plaza de toros Gavira. La obra estuvo a cargo de los prominentes ingenieros Ernesto Brunel y Ponciano Aguilar.
Destaca sobremanera que la estructura y el diseño de la torre del reloj fue autoría del mismísimo, Alexandre Gustave Eiffel, el mismo creador de la famosa estructura que lleva su apellido, la Torre Eiffel, en la capital parisina.
Incluso, en la construcción del mercado se utilizó el mismo material metálico que se usó en la atracción francesa. Otros inmuebles que cuentan con ese material son, el Museo del Chopo, en la Ciudad de México, y el Cosmovitral en Toluca.
También antes del conflicto armado revolucionario, el mercado se inauguró el 16 de septiembre de 1910 por parte del entonces presidente, Porfirio Díaz, principal impulsor del profundo afrancesamiento que experimentó la cultura mexicana. Se eligió esa fecha para conmemorar el primer centenario de la gesta independentista y tomo su nombre en honor al padre de la patria, Miguel Hidalgo.
Su estructura tiene 70 metros de longitud por 35 de ancho, la fachada es de cantera rosa con 10 arcos. Cuenta con tres accesos, el principal se distingue por tener un vestíbulo del arco abierto. Para dotarlo de iluminación natural, tiene 30 ventanales distribuidos.
Pero además de su belleza arquitectónica, llama la atención su inagotable y colorida riqueza de productos naturales, dulces típicos y artesanías tradicionales, además de los productos que normalmente se adquieren en un mercado popular; frutas, verduras, utensilios y demás elementos cotidianos.
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