Es un hecho que en nuestro país sigue gobernando la misma oligarquía desde antes de la revolución. ¿Alguien aquí duda todavía que estén conectados, esos nietos de nuestros históricos mandatarios, a todas las fuentes económicas más eficientes del mundo?, ¿en qué lugar de esa escala estará el narcotráfico?

Juan Llorente
Hace cuarenta años apareció el negocio del infierno. No pretendo darme golpes de pecho ni dármelas de santo seguidor de los Carmelitas Descalzos, no soy ni siquiera católico, pero el infierno y el diablo no son exclusivos, en el inconsciente colectivo, de los seguidores de la cruz.
¿De qué negocio hablo? La prostitución no es del diablo, es del sexo, el placer y el control. El asesinato no es del diablo, es exclusivo del hombre; Satanás no anda por ahí matando a nadie, sólo me lo imagino celebrando mucho cuando el ser humano lo practica. El negocio del infierno es el narcotráfico. Llevar y traer, producir y promover substancias que esclavizan al hombre, que invitan a la guerra, que invitan a la evasión, que provocan a matar y que invitan a morir… ¿No podríamos decir también que no es del infierno?, ¿no es de la tierra y las personas?, ese negocio trae riquezas exorbitantes y poder desmedido. ¡Y lo hace en un tiempo récord!, es la trampa perfecta:
Muchos de nuestros adolescentes quieren ser El Señor de los Cielos. Ya se creyeron la mentira de la inmortalidad, la segunda más exitosa del diablo. Si se preguntan cuál es la primera lean la próxima semana esta sección.
Volviendo al presente: El narcotráfico, bien auspiciado siempre en las altas esferas de nuestro gobierno, bien encumbrado en todos los niveles de nuestra sociedad, se ha convertido en el gran atractivo y permanente sueño de nuestros hijos. Desde el mundo literario, todos conocemos La Reina del Sur… Si, empezó como un muy buen libro del reportero de guerra español, Arturo Pérez-Reverte, luego ya salió Kate del Castillo haciendo el papel de Teresa Mendoza. Y de ahí toda una avalancha de narco novelas, mexicanas y colombianas por igual como; Las muñecas de la mafia, El cartel de los Sapos, El señor de los Cielos, etcétera. Por favor, ¿quién no ha escuchado a Camelia la texana y demás narco corridos?
Según la cultura que ha enaltecido y romantizado la figura de estos pobres diablos sin alma, es un mundo de aventura, es un mundo de méritos, es un mundo de lealtad. Contiene también, según esta desenfrenada idolatría a la corriente del narcotráfico, la permanente falacia, no nada más de la vida eterna, sino también de la vida cómoda y ha sembrado en las susceptibles mentes de nuestros pobremente educados jóvenes que existen cosas como: La posibilidad de retirarse con todas las riquezas de ese mundo, falso. No existe un narcotraficante libre a los 55 años o que se haya retirado con toda su fortuna a vivir la merecida vida de descanso. El narco promete una fortuna fácil y una vida de abundancia a los jóvenes, pero nunca les cumple. Ese negocio está financiando guerras y a los viejos políticos que las impulsan, los mismos viejos políticos de siempre, pero no está pagando avances científicos en beneficio de la salud, ni mucho menos está generando alimento para ningún desprotegido, tampoco le está cumpliendo un solo sueño a nuestros niños ni está dando un solo segundo de la tan ansiada paz a absolutamente nadie de este planeta.
Es un hecho que en nuestro país sigue gobernando la misma oligarquía desde antes de la revolución. ¿Alguien aquí duda todavía que estén conectados, esos nietos de nuestros históricos mandatarios, a todas las fuentes económicas más eficientes del mundo?, ¿en qué lugar de esa escala estará el narcotráfico?, ¿ya me creen que es el negocio del infierno? Bueno, pues esto sólo me trajo al punto donde puedo comenzar con mí opinión de esta semana.
Cuando las redes se vieron inundadas, la semana pasada, con imágenes del estadio La Corregidora batido en golpes y sangre, las primeras teorías de la conspiración proclamaban inmediatamente narcotráfico, al parecer no fue así… Pero quien no lo hubiera dudado, porque esa realidad trabaja y se desenvuelve exactamente así, y ese mundo, con sus reglas y su obscuridad tienen a México, y a varios países más, atrapados en la corrupción y en el pasado y en la violencia y en la avaricia y en la necesidad de poder.
La famosa guerra contra el narco del expresidente Felipe Calderón parecía el mayor derramamiento de sangre en México desde la revolución, y ese fue sólo el principio, porque no ha parado ni disminuido. ¿No es extraño y falto de toda moral que el presidente actual de la república, se haya casi resbalado en el lodo, con tal de ir a darle un afectuoso saludo a la mamá del chapo Guzmán? Aquel ya estaba preso en Estados Unidos y López Obrador le rogó un instante a la señora solo para saludarla... ¿Qué me van a decir del culiacanazo? Y no son palabras de acusación al viejito cabeza de algodón, la miserable política de abrazos y no balazos es tan efectiva y notable como la guerra de Felipe, no hablemos de la pulcritud y rectitud del sexenio de Peña Nieto… ¡Absolutamente remarcables! Michoacán, fusilados en un velorio entre diez y diecisiete personas, en video, no es refutable. Unos días más tarde Puebla, en Atlixco ¿por qué no?, una familia muerta con balazo personal en la cabeza, con trayectoria de arriba abajo. O sea, una ejecución… Y mientras estoy redactando este discreto documento estoy oyendo las noticias de Nuevo Laredo, Tamaulipas. La intrínseca e innegable relación, muy cercana relación, entre la cúpula de nuestra casi nada vergonzosa clase política, lo cual no excluye a ningún partido, ni a ninguno de estos dinosaurios, es cada vez más cínica, pública y tiene a México de rodillas. ¿No lo habían notado?, ¿exagero?, ¿para qué estoy escribiendo verdades feas que nadie quiere escuchar, ni mucho menos leer?, pues para pedirle a las familias, a los papás, a los jóvenes y a los viejos mexicanos, a las mamás… Pongan más atención en lo que ven y en lo que idolatran sus hijos, por favor, para que después no digan: ¡¿Pero si era un buen muchacho, a qué hora pasó eso?! ¡¿Por qué me lo mataron?!
¿Muy ofensivo?, disculpen entonces, no es la intención, sólo dejo esto por aquí y me retiro lenta y calladamente hasta la próxima semana.
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