Existen medicamentos oncológicos cuyo costo de producción asciende a un dólar, pero que se comercializan hasta en 750 dólares una sola pastilla. Foto: Novartis Pinterest
Gabriel Santillán
Ciudad de México, viernes 6 mayo 2022.- La Deutche Welle™ es una agencia de información alemana fundada en 1953. Desde entonces, DW, ha sabido presentarse al mundo como una de las agencias de información pública independientes más prestigiada. Ofrece información de interés general en treinta idiomas diferentes, lo que le coloca como un referente obligado para abordar muchos asuntos.
En esta ocasión hablaremos de su documental: “¿La Utilidad o la vida? El poder de las compañías farmacéuticas.” En él se hace referencia a los mecanismos que utilizan las empresas farmacéuticas para imponer sus condiciones a las aseguradoras y a sus pacientes, además que desde hace años se han alejado de las áreas de investigación y nuevos desarrollos; al contrario, se avocan a sus modelos de negocio; a adueñarse de patentes y a imponer condiciones monopólicas en la distribución de medicamentes con practicas éticamente cuestionables.
De acuerdo con el documental, actualmente las grandes farmacéuticas ya no dedican sus ingresos a la investigación y desarrollo, uno de los principales argumentos que utilizan para justificar los altos precios de los medicamentos. El modelo de negocio consiste en comprar los desarrollos de bio tecnología generados por pequeñas empresas que utilizan capital de riesgo para financiar sus investigaciones y que una vez que maduran como empresa, los conglomerados como Novartis adquieren estas compañías para desarrollar comercialmente el emprendimiento de la empresa biotecnológica recién adquirida.
Existen muchos ejemplos, de asociaciones de empresas de biotecnología con grandes farmacéuticas. Esta por ejemplo el desarrollo que hicieron los alemanes de BionTech y Pfizer para la vacuna contra la COVID-19 (Tozinamerán). Durante los cuarenta minutos que dura el documental se hace referencia al desarrollo del reconocido Inmunólogo Carl June, quien desarrollo una terapia inmunológica para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer.
June es director del laboratorio de Inmunología de la Universidad de Philadelphia. En esta alianza, el laboratorio de inmunología del Dr. June, recibió un financiamiento de 20 millones de dólares que fueron suficientes para desarrollar Kymriah™ un medicamento que pertenece actualmente a Novartis y que puede curar el cáncer linfático. El tratamiento consiste en extraer células T, cuyo fin es desarrollar el sistema inmune, para modificarlas genéticamente y prepararlas para atacar al linfoma. Una vez procesadas, las células se aplican con ayuda de un suero intravenoso; en aproximadamente dos meses la masa con cáncer queda destruida.
La manufactura de cada suero tarda cuatro semanas, desde la toma de muestras hasta que se aplica nuevamente al paciente, su precio de venta es aproximadamente de dos millones de dólares, es decir, se trata del medicamento más caro del mundo. Si tenemos presente el total del fondeo para que se lograra manufacturar el Kymtiah™ la rentabilidad del producto se antoja muy alta. El costo de producción total es aproximadamente de 50 mil dólares.
Por su parte, Novartis se ha mostrado reacia a transparentar los costos de producción asociados a la creación de este tipo de medicamentos. Esto con la finalidad de tener los precios más altos posibles, además de imponer sus condiciones tanto a las aseguradoras como a los pacientes, que debido al costo del medicamento se enfrentan a disputas legales contra sus aseguradores ya que el consumo del tratamiento no es garantía de que pueda curar a los pacientes, o de que tengan remisiones y nuevamente se enfrenten a un cáncer.
Ante ello queda la reflexión, ¿cuánto cuesta una vida humana? Para los pacientes la existencia de estos medicamentes hacen difícil la cuantificación del riesgo por usarlos. Pueden vender su casa y comprometer su patrimonio, pero, ¿y si no se cura? Los seres queridos se quedarán con la deuda y con la pérdida del ser querido.
Existen medicamentos oncológicos cuyo costo de producción asciende a un dólar, pero que se comercializan hasta en 750 dólares una sola pastilla. Mientras tanto, en los países en subdesarrollo no existen coberturas para muchas enfermedades curables, los países con mayor calidad de vida se enfrentan directamente con los modelos comerciales de compañías farmacéuticas que tienen como prioridad su rentabilidad y que han desplazado a los médicos y a la medicina preventiva por modelos de negocio más aguerridos, que buscan garantizar su prosperidad financiera.
Muchas personas muren alrededor del mundo aunque existen las curas para sus enfermedades, por complicadas que fueran. La biotecnología ofrece desarrollos que pueden cambiar la manera de entender la vida, desde su durabilidad, hasta la calidad de vida que tenemos. Pero el costo social de fomentar el desarrollo de estas técnicas ha provocado que la medicina deje de ser una ciencia al servicio de la humanidad para convertirse en uno de los modelos de negocio más crudos y desalmados del planeta.
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