Fue en el segundo periodo de Clinton cuando Albright, una extranjera perseguida por el nazismo y el comunismo, asume la Secretaría de Estado como la primera mujer en ocupar el cargo. Foto: Twitter: @madeleine
Gabriel Santillán
Ciudad de México, miércoles 23 marzo 2022.- Madeline Albright murió el día de hoy vencida por el cáncer. Desde mi perspectiva, una de las personas que más representa lo que significa la Diplomacia. Como la mayoría de los internacionalistas que vale la pena leer, Madeline no tiene estudios en relaciones internacionales, estudió ciencia política en la universidad de Wellesley y se Doctoró en Derecho Publico y Gobierno en la universidad de Columbia.
La época que enmarcó la etapa en que asumió las más importantes responsabilidades tiene características que se impregnaron en nuestra generación y que nos hace ver con mayor añoranza el pasado. Madeline Albright fue escogida por el presidente Bill Clinton, como embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas. En este tiempo se vivió la consolidación de la cultura norteamericana como la dominante. Al quebrar el régimen soviético el mundo gozaba de una paz y estabilidad que no se había respirado durante cincuenta años. China no figuraba en el mapa internacional como potencia económica, era visto si acaso como un país autoritario cuando la moda era la libertad. La Globalización era una promesa que todos creían, donde el progreso económico permitía que países con diferentes ideologías como Venezuela o Corea del Sur se pudieran integrar en una mezcla que diluía las diferencias de lenguaje, y las diferencias religiosas se disolverían en la globalización y en la tercera gran ola democrática.
Fue en el segundo periodo de Clinton cuando Albright, una extranjera perseguida por el nazismo y el comunismo, asume la Secretaría de Estado como la primera mujer en ocupar el cargo. La prosperidad financiera el pluralismo y el internet eran de todo lo que se hablaba. La certeza de que el nacionalismo económico y la identidad racial o religiosa se empezaba a desvanecer duraron poco tiempo. Bin Laden y su grupo tuvieron sus primeros actos visibles en embajadas norteamericanas. El nacionalismo de Milosevic dio rienda suelta a sus excesos y las quiebras financieras de Indonesia y Rusia dieron inicio a las primeras manifestaciones de inquietud musulmana en lo que Putin se abría camino al poder entre los oligarcas rusos.
Con 2001 se termino la inocencia y la festividad internacional. El mundo desde entonces se ha vuelto desconfiado y la polarización y el odio han regresado como armas eficientes para hacer política. Extraño ese escenario internacional donde la creencia de un mundo mejor procuraba libertad para todos y donde la globalización tenía una promesa de igualdad universal. El mundo que busco Albright era uno que quería terminar la discordia en el que todos teníamos un lugar. Arreglar este mundo tomara tiempo, pero el ejemplo de Madeline Albright y legado en el concierto internacional son evidencia de que la democracia, el pluralismo, la ciencia y una gestión económica sustentable, serán siempre ingredientes indispensables para la paz mundial.
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