Luis Sepúlveda (1949-), escritor y periodista chileno, nos regala, en 1988, Un viejo que leía novelas de amor; ganadora del premio Tigre Juan. Tuvo tanto éxito que fue traducida en al menos 60 idiomas y llevada la cine, afortunadamente, el mismo autor participó en el guion. Foto: Especial.
Mauricio Moreno
Ciudad de México, lunes 11 abril 2022.- Un pueblo alejado en la selva amazónica, donde no pasa casi nada más que el calor y las lluvias. El barco que trae las provisiones y al dentista para sacar dientes podridos, y, de vez en cuando, cazadores, y buscadores de oro, hambrientos de aventura y avaricia.
Aquí vive Antonio José Bolívar Proaño, más conocido como El viejo; pasa sus días leyendo novelas de amor. Todo lo demás que ha aprendido ha sido gracias a los Shuar, respeta ama y entiende a la naturaleza al modo de ellos.
La paz de El Idilio es interrumpida con la aparición del cadáver de un cazador norteamericano, llevado por los Shuar al pueblo. Con poca pericia e ignorancia el alcalde pretende detenerlos acusándolos del asesinato.
El viejo, interviene y explica que fue lo que lo mató, así inicia la búsqueda de la bestia salvaje, asesina de hombres, una tigrilla.
La disparidad entre El Idilio y los Shuar es clara, con El viejo en medio como intérprete forzado. La ceguera de los del Idilio, la comprensión de los Shuar y El viejo. La locura de la tigrilla por la pérdida de sus cachorros a manos de los cazadores.
Una novela corta o cuento largo, queda a gusto del lector, nos deja con un personaje entrañable que se ha retirado del mundo que conocemos se ha refugiado en sus novelas, ha comprendido su entorno y lee su nuevo espacio.
Las descripciones de la selva y la atmosfera de la narración te envuelve en éste ambiente, casi puedes sentir la lluvia y los sonidos alrededor tuyo.
Luis Sepúlveda (1949-), escritor y periodista chileno, nos regala, en 1988, Un viejo que leía novelas de amor; ganadora del premio Tigre Juan. Tuvo tanto éxito que fue traducida en al menos 60 idiomas y llevada la cine, afortunadamente, el mismo autor participó en el guion.
No es casualidad la creación de esta historia, el autor estuvo un tiempo conviviendo con los Shuar y adentrado en la selva gracias a un proyecto de la UNESCO.
Muchas gracias, muy interesante